Qué se les viene a la cabeza con la simple mención de esas dos palabras? Alguna fábula infantil? Greenpeace? Zoofília? Si, seguramente Zoofilia.
Pero no, esta vez es diferente, por primera vez en la historia, la vida nos trae una hermosa historia de esfuerzo, lucha y perseverancia, que a la vez posée los encantos de una comedia típica de Jóligüd, que obviamente, además, incluye escenas moderadas de sexo y teturcias.
Todo empieza allá por el año 1999, en Brooklyn, Nueva York.
Barbara 'CUMSWAPPER_269" Smith, se internaba en una de las universidades más prestigiosas de los Estados Unidos de América. Acto digno de destacar, ya que la vigorosa muchachita se garpaba los estudios ella sola (sus viejos habían muerto a mano de una jauría de leones en el '90, cuando se les ocurrió venir a visitar el Zoo de Luján). Cómo carajo hacía, se preguntarán.
Las opciones son varias:
A. Trabajaba en una tiendita estilo Quick-E-Mart, turnos de 18 horas.
B. Vendía Merca.
C. Se desnudaba por camarita web, disfrazada de una sarta inimaginable de personajes del cine, de la literatura y otras yerbas (que garpaban bocha)
D. Vendía Comics por E-bay
E. Truchaba Pelis.
La respuesta como todos imaginaran, es la C. La miníta, de unos 18 añitos, le pidió prestada la camarita a una de sus amigas y entrando a una sala al mejor estilo Chat Terra, se dio cuenta que la web está llena de pajeros, pajeras, enfermos mentales, policias disfrazados de pajeros, policias pajeros y menores de edad.
Al toque, al grito de(o al tipeo) "RUBIECITA PUTONA CON CAMARITA", recibió ahí nomás unas 34 charlas que le colgaron la compu a más no poder (para la época Barby contaba con 256 de RAM). A los 27 minutos, el descuelgue. De las 34 ventanas abiertas, solo una seguía activa. Y ahí nació todo. Luego de mostrar una teta y recibir un "Te doy lo que venga, putita", una luz se encendió sobre su cabeza (no, no era el viejo entrando en la pieza ni nada, se habían cagado muriendo, acuerdense). Era la luz de una idea, de un curro, de la salvación. Ahí nomás le dijo simple y claro "tits, twenty bucks, butthole, thirty bucks, pussy's not shaved so that'll have to wait". El chabón, manija de carne de piba, le dice que no le importa, que quiere ver igual, y que le dobla la apuesta. A THOUSAND-MOTHERFUCING-DOLLAR$. Los pezones se le pusieron como dos bats de béisbol. "YES, YES I AGREE I AGREE" gritaba la pendeja. Y bueno, el resto es historia. Así nacia esto.
Al poco tiempo, sus amigas comenzaron a verla con cámaras digitales, celulares, ropa carísima y una moto distinta por semana. Comenzaron a preocuparse por ella, se veía rodeada de oscuros individuos que la llevaban por mal camino (digo oscuros porque la mayoría de ellos eran negros del Bronx, que buscaban una buena sacudida), y cada vez más se le notaban las ojeras, que o se debían a la merca, o a la cantidad de shows que hacía por noche. (Unos 86).
Cómo carajo encajan los osos en todo esto, se preguntaran ustedes. Roleplay. Role-fucking-play.
Uno de los clientes de Barbarita tenía un fetiche especial. Los cuentos infantiles. Ya la había hecho disfrazar de Cenicienta, de Pocahontas y de Garfield. Esta noche quería algo distinto, algo nuevo, algo rebuscado. El tipo, pasadisimo de rosca y pizza de Ugis (el muchacho era de Lafe) le dijo en textuales palabras "Little Mom, dress like a Red Caperusit, but forget the wolf. I want a fucking bear." Barby anonadada, no pudo hacer más que sonreir (putas tristes no garpan), cuando vio lo de "olvidate del lobo guacha". Pero imaginense la cara de horror cuando vió lo del oso. "De ninguna manera", pensó, ignorando la verdadera intención de nuestro enjeropado compatriota. El tipo había escrito BEAR, pero lo que realmente quería era una buena chicha. Bear, Beer, era todo lo mismo a las 3 a.m. y con el amigo en las manos. Nuestra valiente amiga le pregunta "How much?", a lo que Boogie (llamemoslon Boogie) le responde "What it gives!" (lo que de). Lo pensó, se acordó de sus viejos siendo fileteados por los leoncios, y recordó a su padre... un hombre bajito, rubiecito, de unos cuarenta y tantos años... tipico hombre de pueblo. El siempre tuvo un sueño, que su hija fuera a la Universidad y reciba una buena educación. Su rostro comenzó a volverse más y más blanco (cosa jodida porque era blanca teta), pero finalmente acepto. "Wait there", dijo, y salió picando, a medio vestir a lo oscuro de la noche. Armada con tan solo un pañuelo, unas llantas Adidas y sus dos gomas, Barby comenzó a buscar enloquecida un puto zoológico abierto. Imaginate, eran como las tres y media de la mañana, así que mucha suerte no tuvo, no era muy lúcida que digamos. Cuando llegó al Zoologico de Nueva York, tuvo otro de esos alumbramientos dignos de Belen Francese. "Ahora le muestro las gomardas al de la tapuer, y si no me deja pasar es porque es puto, en ese caso, le mando las Adidas por el culo y listo". Efectivamente, era puto, y tras palanquear un buen rato, las Adidas Porsche le quedaron de un color tirando a bordó. Las descartó y entro al zoo. Cuando vió a los terribles ursos, una pareja de osos pardos de unos ocho años de edad, se le congelo el upite. "Cómo garcha hago para llevar a estas tremendas máquinas de matar hasta mi casa?" Y ahí nomás se acordó. Uno de los negros del Bronx, Johnny Boy, era dueño de una hermosa Van, con tapizado de leopardo y caño para poledance. Con solo un llamado, y recordandole un par de asuntos pendientes, Juanito estaba en la puerta del zoo. Cómo mierda iban a hacer para sacarlos. Juan calzaba 48, y después de "entregarle" sus zapatitos al portero, tenían a los dos osos metidos de culo en la camionetita que iba zigzagueando como si adentro fueran escuchando Cypress Hill y dandose con heroína (que justo se le había acabado). A los pedos, con miedo de que los osos se den cuenta de que el dardo que les habían tirado en realidad eran dos escarbadientes, trataron de poner la camioneta apuntando a la puerta, y los hicieron entrar. Boogie, ya con el amicci en el cuarto sueño, seguía ahí. "FAINALY", tipeó. Entonces todo sucedio. Con solamente un pañuelito rojo y su cuerpo, Barbara se dio a la dulce tarea de abrazar y ser abrazada por dos osos pardos de 800kgs. durante casi tres horas y media. Los osos, un amor. Beso iba y beso venía, pero nada de propasarse. Hubo de todo, voyeur, swinger, lo que se te cante. Boogie no lo podía creer, era lo mejor que le había pasado en la vida, y así nomás deposito todo su dinero en la cuenta de B. Con el tiempo, ella y la pareja de osos se volvieron mejores amigos, como Rufus, pero un cachito más intimos. Gracias a ellos, ahora ella es reconocida por todo el ambiente de la bestialidad y la zoofilia, y es amada tanto como por PETA como por Greenpeace, por ayudar a preservar la especie. Ni siquiera hace falta mencionar que gracias a sus grandes(y hermosos) esfuerzos, ahora puede graduarse como veterinaria, con creces, y festejar en el medio del bosque de sesenta hectareas que se pudo comprar, donde viven ahora los dos osos, con sus cuatro hijitos.
Esta fue una historia de vida. Una historia que espero les sirva como un ejemplo para saber que si en la vida se proponen algo, lo pueden conseguir. Ya sea mostrandole el culo a gordos extranjeros por internet, estudiando, o vendiendo sustancias ilegales, lo importante es perseverar. Nunca rendirse, ni en los momentos más duros. Porque al final, lo que importa es la guita. Y si no te esforzas, a menos que seas Ricky Fort o algún concheto/a hijo/a de algún politico o alguna lacra parecida, no la vas a tener tan fácil.
Así que ya sabés, dicen que en el 2011 la tendencia que se viene son los Ornitorrincos.
Vayan consiguiendo un par. Ahora, en honor al sub-titulo de nuestro modesto blog: osos y tetas.
"See this watch? 250 thousand dollas motherfucker" |
Seso explícito, como pronunciado por un niño o como pornografía para zombies?
ReplyDeleteAjá.
ReplyDeleteInteresante.
Mi mamá siempre me dijo que haga algo con mis tetas.
Creo que tiré por la borda años de teatro y arte, en fin, donde consigo una camarita web y un par de pajeros?
beso!
XiO
jajajajaja buena historia! me resultó graciosa y no puedo dejar de imaginar a Tecla contando ésto. No sé porqué.
ReplyDelete